jueves, 29 de octubre de 2009

Santa Coloma

Presunción de inocencia siempre, demostrado lo contrario. Como en la Revolución francesa, ¡Cabezas fuera!
No me resulta fácil hablar del tema, pero no quiero rehuirlo. Se sale de las tormentas cogiendo el timón y no dejando el barco a la deriva e ignorando el problema, que es lo que está haciendo el PP con sus casos de corrupción. Mi partido, el PSC, ha contestado con diligencia y contundencia, y eso me alegra. NO me alegra tanto que esto, no se haya hecho antes, pues parece que hace dos años ya había indicios, aunque no estuvieran del todo probados. Porqué no se actuó entonces no lo puedo saber , pero lo que sí sé, es que debemos alegrarnos de que esto salte ahora , porque eso quiere decir que el “estado de derecho” está funcionando. Y está funcionando porque gobierna una determinada gente, porque si estuviera otra, no nos habríamos enterado nunca, como pasó con CiU durante 23 años, que cobraron comisiones por doquier y nadie dijo ni mú, mejor dicho, nunca se supo. Después pasó lo que pasó con el asunto de “Horta”
La corrupción es un virus que ataca a las personas y no a las instituciones. Lo que sí creo es que allá donde haya dinero público, debería haber más vigilancia, porque ya sabemos que la ocasión hace al ladrón, aunque hay quien lo es desde que dejó de mamár la teta de mamá y en cuanto pudo pasó a mamar del estado. Ya sabemos que en todas partes cuecen habas, a mí esto no me desacredita a la clase política, sólo me descubre a los chorizos, que con los años que tengo, los he conocido en todas partes, en todos los oficios, y en todas las profesiones. A mí me puede joder que me roben, como a cualquier hijo de vecino, pero lo que más me jode es que me quiten la esperanza, que hagan de mí una descreida porque eso, no se lo voy a consentir. NI a los chorizos, ni al PP, ni a nadie.
He conocido mucha gente consecuente y que no roba porque no quiere hacerlo, al margen de que le descubran o no. Y que no lo hacen por sí mismos, por coherencia, porque no desean a los demás lo que no quiere para ellos. Dudar de eso me colocaría en el otro bando y haría que yo creyese capaz a los demás por lo que soy capaz yo. Esa gente es la que me ha dado los valores que rigen mi vida, y no me cabe la menor duda, de que mucha, mucha gente es honesta y que eliminadas las manzanas podridas lo que debmos hacer es ponernos las gafas de aumento y ponernos manos a la obra para que esto puede suceder cada vez menos, hasta que logremos esa utopía en la que creo con la misma fuerza de cuando era adolescente, aunque algo más quemada. “Un mundo mejor es posible” Empezando por mí.
(Dedicado secretamente a Ximo)