Entre esas denuncias estuvo en su día la ILP en contra de la tortura y la larga agonía que sufrían los toros en la mal llamada "fiesta nacional", en Cataluña. Participé en la comisión que tuvo que defenderla ante los parlamentarios socialistas que estaban entonces instalados en la Generalitat, Joan Ferran y David Pérez(fue tan desagradable el encuentro con él que casi había olvidado su nombre) junto a un grupo Carles Marco, Ana Carbonell, y Pereyre, entre otros...
Este hecho hizo que me vida sufriera un cambio radical. LA TOMA DE CONCIENCIA. Me proporcionó la información necesaria sobre los miles de animales que se sacrifican a diario, después de haber pasado por una vida de tortura y sufrimiento deleznable. Decidí que yo no podía colaborar con esa barbarie absolutamente inútil y evitable.
Visualicé vídeos espeluznantes, donde todavía con vida, se le cortaban las patas a una vaca y después se le daba un tajo en el cuello, sin ningún tipo de pudor ni vergüenza, ni ética ni moral, al margen total de la más mínima empatía por el sufrimiento del animal. Terneros separados de las madres nada más nacer, muriendo por inanición, porque la leche de su madre estaba destinada a un comercio injusto y salvaje, para satisfacer la demanda del único mamífero que sigue consumiendo leche después del período de lactancia. Una leche que por otra parte lo envenena y que lejos de aportarle nutrientes solo le roba el calcio de sus huesos.
Luego vinieron los vídeos de las granjas de los cerdos, filmados por la noche, granjas de marcas como Campofrío, no eran imágenes de otros países, era de empresas nuestras, consideradas por la falsa publicidad televisiva como primerísimas marcas. Los cerdos bebiendo de aguas sucias con crías muertas, otras heridas, enfermas... esos mismos animales que luego vemos cortados en pequeñas bandejas en un supermercado limpísimo, de cristales impolutos. ¡Cuánta sangre, cuánto dolor hay detrás de todo eso! NO, no comería más cadáveres de seres que querían seguir viviendo, disfrutando de su maternidad junto a sus hijos, en paz y en libertad, por el solo gozo de vivir.
Aún faltaban los gallineros, con las gallinas apretadas, los picos cortados, sin poder moverse, sobre jaulas con alambradas formando cuadrados por donde se les metían las patas, sin ni siquiera poder apoyarse en un intento de levantar sus maltrechos cuerpos. Se me revolvieron las tripas, el cerebro y el corazón. Vi como tiraban vivos polluelos sobrantes a una especie de máquina trituradora y salían como alimento para ganado, otros dicen que como carne de pollo para MacDonalds. ME HICE VEGANA. ´
No iba a aceptar ninguna mentira más, ninguna foto idílica donde las vacas pastan con sus terneros en el campo…. ¡Comiendo pasto! ¡Cuando lo que comen es soja transgénica! Nigún letrero más diciendo que son huevos de gallinas ecológicas iban a lograr que cayera en la trampa. ¡Se acabó!
Y VINO LA SEGUNDA PARTE. Las mentiras en nuestra nutrición , aceptadas, firmadas y selladas por el Ministerio de Sanidad, y recomendada por la medicina alopática y los nutricionistas tradicionales. Y mi revolución interior se puso en marcha. Haré cuanto esté en mi mano para denunciar tanta falacia, para que la gente tome la decisión que sea, pero con pleno conocimiento de las consecuencias.
Habrá una segunda parte de mi relato, y puede que muchas más de mi recorrido hasta hoy. Como prueba de lo que digo aquí va uno de tantos vídeos.
Rescate abierto de una familia | Open rescue of a family from Igualdad Animal on Vimeo.
2 comentarios:
¡Hola Sílvia!
Es duro todo lo que expones en tu post, pero creo que tiene un gran mérito por tu parte el hacerlo.
La gente está muy lejos de pensar en estos pobres animales, quiero decir la normalidad de la gente.
Es un sufrimiento muy injusto, mucho sufrimiento, cuando se podía evitar, hay tantas maneras de poder alimentarse...
Yo intento hacer lo que puedo aunque es poco, a nivel personal.
No somos tan superiores a los animales, para tenerlos como esclavos nuestros y sin ninguna conmiseración. Y cuando los políticos, como tú bien dices, no se muestran misericordes con ellos, poco se puede esperar.
Me siento bien de saber que estuvistes en esa comisión y el David Pérez, no tengo palabras para definir a una persona tan negativa como ella hacia los animales.
Un beso.
Gracias Clariana, tanto tiempo ausente ha hecho que viera tu comentario hoy, fíjate, dos meses después de que lo escribieras. LO que ves en este post no es nada comparado con lo que sucede con los animales. Afortunadamente cada vez somos más los que luchamos contra tanto sufrimiento inútil. No sólo por el sufrimiento de ellos, que ya es motivo suficiente, sino por lo que significa para nuestra salud. Ya no sé qué pensar, si es ignorancia o si es maldad. Seguramente nuestros políticos comen carnes ecológicas y verduras y frutas ecológicas, pero saben positivamente que nosotros no, y eso parece no importarles, Entre todos debemos concienciar no solo del sufrimiento de los animales, sino de lo que eso supone también para nuestra salud. Otro beso para tí.
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